La adaptación al cambio es a menudo tarea difícil, pero es algo con lo que nos enfrentamos a diario, mas aún ante la vertiginosa evolución del mundo empresarial y donde los líderes deben tener la vista puesta en el futuro.
En el siglo XXI, las empresas se han convertido en parte de un sistema social, pues su concepto como entidad económica basado exclusivamente en la rentabilidad cambió. Y los modelos de gestión que antes eran válidos cada vez lo son menos.
Por lo tanto, las organizaciones actuales necesitan líderes capaces de adaptarse a estas transformaciones, logrando mantener el rumbo de las mismas a pesar del dinamismo al que está sometida.
En este sentido, la mayoría de las organizaciones hoy día se sustentan sobre estructuras verticales donde no todos pueden cooperar de la misma manera. Y la base es implantar un modelo no jerárquico basado más que todo en la colaboración.
En esta, se hace necesaria la inteligencia colectiva con la necesidad de saber manejar los egos propios para que en los procesos de toma de decisiones participen cada vez más personas y el liderazgo potencie ese agente de cambio.
Algunos líderes del futuro que pueden servir de ejemplo, no solo por participar en un proceso transformador sino por ser jóvenes y estar haciendo cosas extraordinarias pueden ser:
Malala Yousafzai, quien se ha pronunciado con gran valentía en defensa de la paz y los derechos del niño en su país de origen, Paquistán.
Quien después de ganar un premio nobel su enorme influencia se sigue expandiendo a través de un best seller publicado de su biografía.
Ted Sarandos, Director de Contenidos de Netflix, reescribió el reglamento y su sorpréndete potencial permitió impulsar la marca haciendo que todo el mundo del espectáculo y rivales como HBO y Amazon.com estudien sus pasos.
Sangeeta Bhatia, Ingeniero del MIT, quien con su equipo de técnicos aprendió como inyectar sensores del tamaño de nanopartículas a pacientes y recopilar una vasta información sobre proteínas que indican la presencia de tumores.
Esta líder ha hecho que sus aportes científicos contribuyan a desarrollar nuevos proyectos en la clase de ingeniería de tejidos.
A todo esto, ¿cómo debe ser entonces el liderazgo del futuro? Demos pues, algunas características:
– Tener buen juicio: El líder deberá ser capaz de inspirar, provocar que lo sigan y lograr que su equipo tome buenas decisiones. Además de sugestionar a su equipo y transmitirle entusiasmo.
– Manejar su ego: No puede permanecer aislado y presumir que todo lo sabe. Deberá rodearse de consejeros y de gente positiva que le ofrezcan diversos puntos de vista, provocando a su vez que otros los sigan. Ser también formador de nuevos líderes y un guía.
– Ser inclusivo: Sus equipos deben estar conformados por personas con capacidades diferentes, bien sea preferencias sexuales, edades, credos y nacionalidades.
También debe ser capaz de promover soluciones amigables con el medio ambiente que mejoren la calidad de vida de todos en la sociedad.
– Ser innovador: Generar nuevas ideas y reinventar continuamente. Debe ser capaz de generar ingresos a través de modelos de negocios éticos. Por otro lado, permitir el desarrollo del equipo del líder en libertad en función de esta creatividad, son factores claves de competitividad.
– Ser proactivo: La autoobservación y la inteligencia emocional son indispensables, el líder deberá ser una persona con alma y espíritu, también con muchísima sensibilidad organizacional para percibir lo que está pasando dentro y fuera de su entorno.
En consecuencia, en el futuro próximo las empresas deberán entenderse como unidades que procuren el bienestar de sus colaboradores, entorno social y ambiental que sean disruptivas y que apuesten por la innovación.
Sin duda, serán tan complejas que un solo líder no podría conducir a las grandes organizaciones. El liderazgo del futuro debe ser entonces transformador y dejar a un lado el individualismo.
En líneas generales, el líder del 2030 debe ser en esencia un gestor estratégico, con dominio de tecnología, experto en la comunicación asertiva, tener gran capacidad de síntesis y tomar muy en cuenta el termino de innovación.
No solo se trata de cambiar a las organizaciones sino también al mundo, pues al volver a la empresa una unidad útil para el entorno hará que este mismo defienda su existencia ya que se tratará de una relación ganar-ganar.
En definitiva, creemos que será un nuevo capitalismo, con actitud de interdependencia para crear un futuro más próspero, cuya sinergia producirá resultados insuperables.
“El liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad”. – Warren Bennis.